martes, 25 de agosto de 2015

EL FRAUDE DEL COACHING EMPRESARIAL



EL FRAUDE DEL COACHING EMPRESARIAL.

        El tema del coaching se ha convertido en una moda que pareciera que cualquier persona puede ejercer y esto es verdad. Basta certificarse en alguna pseudo institución "calificada" quien sabe por quién, para que una persona carente de especialización en una profesión se convierta y obtenga el glamoroso título de "Coach", gurú, guía de vida o especialista en procesos que por supuesto desconoce.

        Certificarse como coach para guiar a otros, que seguirán la misma suerte, no exige una preparación, una maestría o doctorado. Basta asistir a un "cursillo" para poder obtener un "diploma" avalado por alguna pseudo-federación nacional o internacional de entrenadores de vida.

        El término "Coaching" es un anglicismo que procede del verbo inglés to coach, «entrenar» es un método que supuestamente consiste en acompañar, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas.

        En teoría, el coaching es un proceso interactivo mediante el cual el coach o entrenador y la persona o grupo implicados en dicho proceso buscan el camino más eficaz para alcanzar los objetivos fijados usando sus propios recursos y habilidades. Nada más fraudulento y falso, pues un individuo con un breve curso de coaching, no puede enseñar a un profesionista, cosas inherentes a la materia en que éste es especialista. Ahora resulta que un psicólogo es experto en producción, leyes, contabilidad, servicio al cliente, recursos humanos, ingeniería, maquilador, contador, en fin un todólogo.

        Los definidores del Coaching sostienen que se trata de una metodología que consigue el máximo desarrollo profesional y personal de las personas y que provoca una profunda transformación, generando cambios de perspectiva y aumento del compromiso y la responsabilidad, lo que se traduce en mejores resultados, supuestamente para las empresas.

        Asimismo, que es un proceso sistemático que facilita el aprendizaje y promueve cambios cognitivos, emocionales y conductuales que expanden la capacidad de acción en función del logro de las metas propuestas (no existen indicadores que así lo demuestren).

        Veamos: las empresas carecen de sistemas de selección de personal eficaces. Se tiene que desde esa selección se contrata a personas no calificadas. El entrevistador de un aspirante desconoce totalmente su capacidad profesional, simple y sencillamente porque un administrador, licenciado en relaciones laborales, psicólogo o similar, desconoce lo que hace un contador, un ingeniero, un abogado, doctor, un programador, etc.

        Resulta que tras una pésima selección de un aspirante, posteriormente se intentará entrenarlo por medio de un coach contratado por la empresa, que tampoco es un especialista, sino en el mayor de los casos, es un profesionista desempleado pero con una fabulosa acreditación de coach.

        Obviamente, los acreditados con estos cursillos, sostendrán su profesionalismo y venderán la idea de aumento de productividad a las empresas. Nada más tóxico y viral que la ignorancia de estos pesudoprofesionales.

        Los hechos hablan. A diferencia de los pequeños despachos que ofrecen sus servicios de coaching, existen verdaderas empresas de consultoría. Se trata de entes jurídicos interdisciplinarios cuyos miembros son profesionistas con grados académicos superiores a un simple diplomado o acreditación sin reconocimiento oficial, cuya capacidad profesional les permite detectar las fallas que presentan áreas específicas de una empresa ahora llamadas "áreas de oportunidad".

        En efecto, como no existe ningún método universal que haya demostrado que pueda mejorar los beneficios económicos de una empresa, el coaching no necesita demostrar ser eficaz ni mejor que otro procedimiento para venderse. Al igual que el consumidor de medicina mágica esotérica, no necesita pruebas científicas de su eficacia, el coach sólo necesita que el comprador de su servicio crea que va a funcionar.

         Para ser coach, no sólo vale querer serlo, sino también parecerlo. Una buena forma de conseguir el respeto y la confianza de los futuros clientes es utilizar de forma habitual las siguientes palabras y frases, que nadie saben realmente lo que significan pero que dará un empaque tremendo a lo que dices: desarrollo personal, crecimiento, potencial, superar los límites, crear una nueva visión, despertar, desarrollo espiritual, plenitud, transformación personal, nueva perspectiva, proceso creativo, reinventarte, conciencia, inspiración, energía positiva, bienestar, felicidad, talento, gestionar las emociones, holística. No falla.

        Las nuevas y creativas empresas que ofrecen sus servicios de coaching empresarial, lo dividen como sigue:

        1.- Ejecutivo. También se le conoce como coaching de vida, este tipo se enfoca en el desarrollo del individuo y su rol en la organización, es decir, se encarga de desarrollar las capacidades necesarias que le permita desempeñar mejor su labor dentro de las organizaciones, siempre con un objetivo en mente: beneficiar a la empresa.

        Crítica: Por supuesto que algún profesionista que cuenta con una simple acreditación de coach puede enseñarle a un director de empresa cómo conducirse por la vida, cómo mejorar la productividad de la empresa y cómo entender la problemática de la fuerza laboral. Sólo se requiere a un abogado, psicólogo, administrador, o sociólogo con diploma de coach para enseñarle a Bill Gates a elaborar programas para computadoras, o bien para enseñarle a Carlos Slim cómo ser un mejor jefe para aumentar sus cuentas bancarias.

        2.- Laboral y Personal.- Estas dos variantes de coaching suelen ser aplicadas para la orientación y desarrollo personal. El coaching laboral va dirigido a aquellas personas que no se encuentran satisfechas con su desarrollo profesional, también para las que han perdido la motivación en lo que hacen o que no encuentran una ruta profesional. Si no sabes hacia dónde dirigirte profesionalmente, este es el tipo de coaching que necesitas.

        Crítica.- Como el coach ha participado en todas las empresas, sabe perfectamente cuáles son las áreas de oportunidad a desarrollar por todos los trabajadores de éstas. Realmente puede convencer a la fuerza laboral de que recibe excelente sueldo y prestaciones y que no requiere de más para vivir en armonía y feliz. En este caso el diploma de un coach le permite convencer a los trabajadores, entender sus problemas, proporcionarle todas las herramientas para que pueda mágicamente ascender de puesto y, por qué no, llegar a ser presidente o vicepresidente de la misma, al fin y al cabo, detectando el área de oportunidad, ese trabajador desmotivado, puede potencialmente crecer y llegar a ser el propio dueño de la empresa para la que labora.

         3.- De liderazgo.- Se encarga de desarrollar a los ejecutivos las características necesarias para convertirlos en líderes.

        Crítica: Totalmente de acuerdo, un coach cuenta con un diploma que lo acredita como psicoanalista, motivador y formador de formadores. No debemos perder de vista que los entrenados también recibirán su certificación y podrán a su vez convertirse en entrenadores profesionales, aptos para visualizar los requerimientos de la corporación

        Los anteriores son sólo unos cuantos de los tipos de coach empresarial que ofrecen las dizque empresas capacitadoras.

        El gran fraude de estas empresas de coaching radica en hacernos creer que sus consultores podrán ofrecernos el entrenamiento necesario para que nuestro negocio prospere, sin tener ningún conocimiento de administración, derecho corporativo, laboral, etc.

        Antes de contratar a una empresa de coaching se debería indagar quiénes son sus socios, qué grados académicos han obtenido, qué puestos han desempeñado en la iniciativa privada o pública, cuáles empresas se han beneficiado con sus cursos y a cuánto han ascendido sus ganancias o productividad, así como qué organismo gubernamental avala sus cursos.

        M. en D. Lic. Roberto Sáenz García.